La terapia con inhaladores es la modalidad principal en el manejo del asma, mediante la cual se administra medicación directamente a las vías respiratorias a través de un dispositivo inhalador, para aliviar los síntomas durante un episodio o controlar la inflamación crónica. Este método puede reducir eficazmente el estrechamiento de las vías respiratorias, disminuir la hiperreactividad y mejorar la función pulmonar.
En comparación con los medicamentos orales o intravenosos, la administración por inhalación aumenta la concentración local del fármaco y reduce los efectos secundarios sistémicos. Los objetivos del tratamiento incluyen prevenir los episodios, reducir la frecuencia de uso de medicamentos de emergencia y mejorar la calidad de vida del paciente.
Se dividen en dos categorías principales: de alivio rápido (broncodilatadores) y de control a largo plazo (corticosteroides inhalados). Los agonistas β2 de acción corta (SABA), como el salbutamol, relajan rápidamente los músculos lisos de los bronquios; mientras que los corticosteroides inhalados (ICS), como la budesonida, deben usarse de forma continua para reducir la inflamación crónica.
La terapia combinada es común en casos de asma moderada a grave, como en formulaciones combinadas de ICS y broncodilatadores de acción prolongada (LABA). Además, los nuevos biológicos inhalados dirigidos a factores inflamatorios específicos ofrecen opciones de tratamiento precisas.
Aplicable a pacientes de todas las edades con asma, incluyendo alivio de síntomas durante episodios agudos y control a largo plazo de la inflamación de las vías respiratorias. También se puede usar para prevenir broncoespasmos inducidos por ejercicio o estímulos ambientales.
Algunas formulaciones también son apropiadas para el tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), pero deben ser evaluadas por un médico. En casos severos de asma, puede ser necesario combinar inhaladores con corticosteroides sistémicos u otros biológicos.
Antes de usar, se debe limpiar el dispositivo y verificar la cantidad de medicación. Los pasos correctos incluyen exhalar profundamente, contener la respiración unos segundos, asegurando que el medicamento se distribuya uniformemente en las vías respiratorias. Para el primer uso o al cambiar de modelo, debe ser demostrado por un profesional de la salud. La dosis se ajusta según la gravedad: en episodios agudos, puede ser necesario usar SABA cada 4-6 horas; los ICS generalmente se usan 1-2 veces al día de forma programada. El médico ajustará la dosis de mantenimiento según los indicadores de control (como el PEF).
El uso regular a largo plazo puede reducir las hospitalizaciones y las visitas a urgencias; estudios muestran que los ICS pueden disminuir en más del 70% los marcadores de inflamación. Los inhaladores diseñados para niños (como los con mascarilla) aumentan la adherencia al tratamiento en los pequeños.
Los efectos secundarios a corto plazo incluyen sequedad bucal, irritación de garganta o tos, que pueden reducirse enjuagando la boca para disminuir el riesgo de candidiasis oral. El uso prolongado de ICS puede causar ronquera o aftas bucales, por lo que se recomienda mantener una higiene bucal regular.
Los riesgos graves incluyen: el uso excesivo de SABA puede inducir palpitaciones o temblores; el uso prolongado de LABA en monoterapia puede aumentar el riesgo de empeoramiento del asma. Grupos especiales, como pacientes con enfermedades cardíacas graves, deben ser evaluados cuidadosamente.
Las contraindicaciones incluyen alergia a los componentes del medicamento o incompatibilidad con el material del dispositivo. Durante el uso, se debe monitorear periódicamente la función pulmonar y evitar el uso simultáneo de otros aerosoles para prevenir residuos de medicación. Mujeres embarazadas o en lactancia deben evaluar los riesgos y beneficios. El uso en niños debe ser supervisado por un adulto. En pacientes con antecedentes de arritmias, se deben elegir broncodilatadores de bajo estímulo.
El uso combinado con corticosteroides orales puede aumentar el riesgo de edema de las cuerdas vocales, por lo que se debe ajustar la proporción de dosis. La teofilina puede potenciar los efectos secundarios cardíacos de los broncodilatadores inhalados. La administración conjunta de antihistamínicos o anticolinérgicos requiere atención en el orden de administración. Los médicos evaluarán las posibles interacciones con medicamentos antihipertensivos o antidiabéticos que esté usando el paciente.
Los ensayos clínicos muestran que el uso regular de ICS puede reducir entre un 50 y un 70% la frecuencia de episodios agudos, con una mejora promedio del 15-20% en la prueba de función pulmonar (FEV1). Estudios a largo plazo confirman que el uso correcto del inhalador puede disminuir en más del 60% las hospitalizaciones. Los biológicos en formulaciones inhaladas en casos severos reducen en un 40-60% los episodios agudos. La educación del paciente y la correcta técnica de inhalación influyen directamente en la tasa de éxito del tratamiento.
Para episodios agudos severos, puede ser necesario el uso de corticosteroides orales a corto plazo; para control a largo plazo, se pueden usar antagonistas de los receptores de leucotrienos orales. Los pacientes con asma severa pueden requerir anticuerpos monoclonales anti-IgE o anti-IL-5. Sin embargo, estas alternativas suelen tener más efectos secundarios sistémicos, por lo que la terapia con inhaladores sigue siendo la opción preferida por su precisión y relación beneficio-riesgo.
El uso correcto del inhalador requiere seguir estos pasos: limpiar el dispositivo antes de usar, agitar la botella si es una suspensión, exhalar completamente, colocar los labios firmemente alrededor de la boquilla, presionar el inhalador mientras inhalas lentamente y profundamente, contener la respiración unos diez segundos y enjuagar la boca. Se recomienda que un profesional demuestre la técnica inicialmente o que se utilice un espaciador para mejorar la eficiencia de la medicación en los pulmones. Si los síntomas no mejoran, consulte a su médico para ajustar la medicación en lugar de aumentar la dosis por cuenta propia.
¿El uso prolongado de corticosteroides inhalados afecta la salud ósea?La absorción sistémica de los corticosteroides inhalados es muy baja, por lo que el riesgo de osteoporosis es relativamente pequeño. Sin embargo, el uso a largo plazo en dosis altas requiere monitoreo regular de la densidad ósea. Se recomienda una ingesta adecuada de calcio y vitamina D, además de ejercicios de carga (como caminar o gimnasia) para mantener la salud ósea. Si hay preocupación por efectos secundarios, consulte a su médico para explorar alternativas en lugar de suspender el medicamento sin orientación.
¿Cómo debo ajustar el uso del inhalador en días de cambios climáticos o contaminación del aire?En días con alta contaminación o cambios bruscos de temperatura, se recomienda llevar un broncodilatador de acción rápida para emergencias. Si se anticipa exposición a estímulos irritantes (como aire sucio o polen), puede usarse un medicamento preventivo 10-15 minutos antes. Si los síntomas son frecuentes, registre los desencadenantes y consulte a su médico para ajustar el control del tratamiento, en lugar de simplemente aumentar la frecuencia de los medicamentos de emergencia.
¿Cuánto tiempo tarda en hacer efecto el tratamiento con inhaladores?Los broncodilatadores de acción rápida suelen aliviar los síntomas en minutos, mientras que los medicamentos de control (como los corticosteroides inhalados) requieren de 2 a 4 semanas de uso continuo para reducir la sensibilidad de las vías respiratorias. Es importante usar los medicamentos de control de forma regular y monitorear la progresión con indicadores como el flujo máximo. Si no hay mejoría en más de 6 semanas, consulte a su médico para reevaluar el plan de tratamiento.
¿Cómo puedo evitar un episodio de asma durante el ejercicio intenso?Antes de hacer ejercicio, use un broncodilatador de acción rápida 15-30 minutos antes y elija un entorno con temperatura moderada. Comience con intensidad baja y aumente gradualmente, evitando actividades en aire contaminado o en clima frío y seco. Si después del ejercicio experimenta molestias en el pecho, consulte a su médico para ajustar la medicación de control diario, posiblemente aumentando los medicamentos antiinflamatorios.