El reemplazo de cadera artificial es una cirugía ortopédica común utilizada para sustituir la estructura dañada de la articulación de la cadera. Cuando la cadera sufre dolor severo y limitaciones en el movimiento debido a degeneración, trauma o enfermedad, los médicos recomiendan esta cirugía para restaurar la función articular. El procedimiento principalmente reemplaza la cabeza femoral y el acetábulo, utilizando materiales metálicos, cerámicos o poliméricos para fabricar la articulación artificial, ayudando a los pacientes a recuperar la capacidad de caminar y realizar actividades diarias.
El proceso quirúrgico generalmente incluye incisión, remoción de tejido lesionado, implantación de la articulación artificial y sutura, y se realiza bajo anestesia general o epidural. Postoperatoriamente, se requiere fisioterapia, con un período de recuperación de aproximadamente 6 a 12 meses, cuyo objetivo final es aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida.
El reemplazo de cadera artificial se divide en dos tipos: «artroplastia total de cadera» y «artroplastia parcial de cadera». La artroplastia total reemplaza tanto el acetábulo como la cabeza femoral, adecuada para pacientes con artritis severa; la parcial solo reemplaza la cabeza femoral, común en casos de fracturas o daños localizados. La articulación artificial consta de tres partes: copa acetabular, vástago femoral y cabeza femoral artificial, utilizando materiales biocompatibles para reducir la reacción de rechazo.
Tras la sustitución, la articulación artificial aprovecha la fricción entre metal y polietileno de alta densidad para simular el movimiento natural de la articulación. La cerámica sobre cerámica, debido a su excelente resistencia al desgaste, es común en pacientes jóvenes; mientras que la combinación de metal y polietileno es más económica y ampliamente utilizada. La fijación entre la articulación artificial y el hueso puede realizarse mediante cemento óseo o técnicas de fijación biológica, mejorando la estabilidad a largo plazo.
Las principales indicaciones incluyen:
Casos especiales incluyen infecciones articulares que requieren control previo, o secuelas de traumatismos graves, también considerados para cirugía. Los médicos determinarán los riesgos y beneficios en función de la edad, densidad ósea y estado general de salud.
Este tratamiento es un procedimiento quirúrgico, sin un concepto de «dosis». La cirugía dura aproximadamente de 1.5 a 3 horas y se realiza en la sala de operaciones. El médico seleccionará el tamaño de la articulación según la complexión del paciente y asegurará una colocación precisa mediante radiografías o sistemas de navegación.
Iniciar la rehabilitación inmediatamente después de la cirugía es crucial, incluyendo ejercicios tempranos en el hospital y un plan de fisioterapia postalta. El personal de enfermería guiará sobre cuidados en el hogar, como limpieza de heridas y evitar ciertos movimientos.
Los principales beneficios incluyen:
Comparado con tratamientos conservadores, el reemplazo de cadera artificial puede solucionar daños estructurales, y la durabilidad de los materiales biocompatibles modernos ha aumentado a 15-20 años. Las técnicas mínimamente invasivas también reducen el daño tisular y acortan el tiempo de recuperación.
Los riesgos potenciales incluyen:
Los efectos secundarios a corto plazo suelen ser hinchazón de la herida y dolor temporal, que en aproximadamente el 90% de los casos se alivian en 2 semanas. Los riesgos a largo plazo requieren seguimiento regular para detectar desgaste de la articulación artificial, especialmente en pacientes jóvenes con alta actividad.
Contraindicaciones incluyen:
Después de la cirugía, se deben evitar movimientos como «cruzar las piernas» o «doblarse excesivamente» durante al menos 6 semanas. Los pacientes con diabetes deben controlar mejor su glucosa, y los pacientes con osteoporosis deben seguir tratamientos con bifosfonatos para promover la integración ósea. Se prohíben actividades de impacto alto dentro de los 3 meses posteriores a la operación.
La cirugía debe complementarse con tratamiento farmacológico:
La interacción con la fisioterapia es crucial en la recuperación postoperatoria; la rehabilitación temprana reduce el riesgo de rigidez articular. Sin embargo, se deben evitar ejercicios que pongan excesiva presión en la cadera, como sentadillas profundas o entrenamientos de alta intensidad.
Estudios clínicos muestran que, un año después de la cirugía, la puntuación de dolor disminuye en promedio un 80%, y la distancia de marcha aumenta en promedio 300 metros. La Sociedad Americana de Cirugía Ortopédica reporta que la tasa de supervivencia de las articulaciones artificiales a 10 años supera el 90%.
La aplicación de tecnologías como impresión 3D y sistemas de navegación computarizada ha mejorado la precisión del procedimiento en un 20% y reducido el riesgo de desalineación. Los datos a largo plazo confirman que la satisfacción del paciente alcanza hasta un 95% en casos adecuados.
Los tratamientos no quirúrgicos incluyen:
Las terapias invasivas alternativas, como la artroscopia de cadera, son apropiadas para daños leves en el cartílago. Sin embargo, en casos de artritis severa o destrucción articular, la cirugía sigue siendo la opción principal. Los biológicos pueden retrasar la necesidad de cirugía en pacientes con artritis reumatoide, pero no reparan daños estructurales.
Antes de la cirugía, se realiza una evaluación completa de la salud general, incluyendo función cardiopulmonar, análisis de sangre y estudios de imagen. El médico puede solicitar que el paciente controle condiciones crónicas como diabetes o hipertensión, y recomendar dejar de fumar para reducir el riesgo de infección. Además, un fisioterapeuta enseñará ejercicios básicos de rehabilitación para facilitar la recuperación postoperatoria.
¿Qué precauciones deben tener en cuenta los pacientes durante las actividades diarias después de la cirugía?Durante las primeras semanas, se deben evitar movimientos como doblar la cadera más allá de 90 grados, cruzar las piernas o sentarse en cuclillas, para prevenir la luxación de la prótesis. Se recomienda usar ayudas como cucharas o cepillos de mango largo. Mantener la pierna operada en posición de abducción durante al menos 6 semanas. Tras el alta, se debe ir aumentando gradualmente la actividad, evitando levantar objetos pesados o estar de pie por períodos prolongados.
¿Qué métodos no farmacológicos existen para aliviar el dolor postoperatorio?Además de los analgésicos, se puede aplicar hielo para reducir hinchazón y dolor, sin exceder los 20 minutos por sesión. La terapia de calor puede aliviar dolores musculares. La movilización en agua y la fisioterapia con ejercicios suaves ayudan a mejorar la circulación y reducir la rigidez. La respiración profunda también puede ayudar a distraer del dolor, y el uso de ayudas para caminar reduce la carga en la articulación.
¿De qué factores depende la duración de la articulación artificial?La duración promedio es de 15 a 20 años, influenciada por el material (cerámica vs. metal), peso del paciente y nivel de actividad. Participar en actividades de impacto alto, como correr, puede acelerar el desgaste. Mantener un peso adecuado y realizar rehabilitación regular puede prolongar su vida útil. La revisión periódica permite detectar tempranamente signos de desgaste anormal.
¿Cuándo se puede volver a conducir o trabajar después de la cirugía?Generalmente, los pacientes con una sola cadera pueden conducir a partir de las 4-6 semanas postoperatorias, dependiendo de su progreso en la rehabilitación. Si el trabajo es sedentario y sin levantar peso, pueden regresar a sus actividades en aproximadamente 6-8 semanas. Los trabajos físicos pueden requerir más de 3 meses. El médico dará recomendaciones específicas según la estabilidad y fuerza de la articulación.