Hepatitis C test

Resumen del tratamiento

El tratamiento de la hepatitis C se centra en eliminar el virus mediante antivirales de acción directa (Direct-acting antivirals, DAAs), evitando la progresión de la fibrosis hepática, cirrosis e incluso cáncer de hígado. Este esquema terapéutico es aplicable a todos los genotipos, con un ciclo de tratamiento corto y altas tasas de curación, siendo actualmente la modalidad estándar reconocida internacionalmente.

El objetivo del tratamiento es alcanzar la «respuesta viral sostenida» (SVR), es decir, que 12 semanas después de finalizar el tratamiento no se detecte ARN viral en la sangre. Esta terapia ha reemplazado a la terapia con interferón tradicional, reduciendo significativamente los efectos secundarios y aumentando la aceptación por parte de los pacientes.

Tipos y mecanismos de tratamiento

Los DAAs se clasifican según sus mecanismos de acción: los inhibidores de la proteasa NS3/4A bloquean el escisión de proteínas virales, los inhibidores de la polimerasa NS5B detienen la replicación del ARN, y los inhibidores de NS5A interfieren en el ensamblaje viral. Combinaciones comunes incluyen Sofosbuvir, Ledipasvir, entre otros.

  • Medicamentos de genotipo pan-viral aplicables a todos los genotipos
  • Combinaciones de dosis fijas (Fixed-dose combinations) que simplifican la administración
  • El ciclo de tratamiento se puede acortar a 8-12 semanas según la condición del paciente

Indicaciones

Apto para todos los pacientes con hepatitis C crónica, incluyendo aquellos con cirrosis, infección por VIH o enfermedad renal. También se emplea en el tratamiento temprano de hepatitis C aguda y en la prevención de reinfección viral tras trasplante hepático.

Grupos especiales como ancianos o pacientes con otras enfermedades metabólicas deben ser evaluados por un médico para ajustar el esquema. Este tratamiento no es adecuado para infecciones por otros virus de hepatitis no diagnosticados previamente (por ejemplo, coinfección con hepatitis B requiere uso concomitante de medicamentos anti-HBV).

Modo de uso y dosis

El tratamiento se administra principalmente por vía oral, una o dos veces al día, generalmente en dosis fijas sin necesidad de ajuste. La duración habitual es de 8-12 semanas, aunque en pacientes con cirrosis puede extenderse hasta 12 semanas.

La dosis se calcula principalmente según el genotipo y el estado de función hepática: pacientes con cirrosis Child-Pugh A pueden usar dosis estándar, mientras que en daño hepático severo se deben evitar ciertos medicamentos como Cimegovir.

Beneficios y ventajas

Ventajas incluyen:

  • Tasas de curación de hasta 95-98%, con poca diferencia entre genotipos
  • No requiere inyección de interferón, reduciendo significativamente síntomas similares a la gripe
  • Ciclo de tratamiento corto, mejorando la adherencia del paciente

Este esquema puede revertir parcialmente la fibrosis hepática y reducir el riesgo de cáncer de hígado. Estudios clínicos muestran que, tras completar el tratamiento, la clasificación Child-Pugh de la cirrosis mejora en un 30-50%.

Riesgos y efectos secundarios

Los efectos secundarios leves comunes incluyen mareo (10-15%), fatiga (aproximadamente 20%) y diarrea leve. Algunos pacientes pueden experimentar insomnio o dolor articular, que generalmente se alivian en unas semanas tras el tratamiento.

Riesgos graves pero raros incluyen: prolongación del QT en el electrocardiograma (requiere monitoreo regular), empeoramiento de la insuficiencia hepática (especialmente en cirrosis compensada severa). Se debe acudir inmediatamente a un centro médico si hay ictericia severa o confusión mental.

Precauciones y contraindicaciones

Contraindicaciones incluyen alergia a componentes del medicamento, cirrosis descompensada severa (Child-Pugh C) y ciertas interacciones medicamentosas. Está estrictamente prohibido el consumo de alcohol durante el tratamiento, ya que puede agravar el daño hepático.

  • Antes del tratamiento, se debe confirmar la infección por VIH, que puede requerir terapia antiviral adicional
  • Mujeres embarazadas o en planificación de embarazo deben evaluar riesgos y beneficios

Interacciones con otros tratamientos

Los DAAs pueden reducir la eficacia de medicamentos anticonvulsivantes como la fenitoína, por lo que se requiere ajuste de dosis. Cuando se usan con anticoagulantes como la warfarina, se debe monitorear el INR. Al usar inhibidores de proteasa, se deben evitar ciertos antibióticos como la telitromicina.

Los pacientes trasplantados que reciben inmunosupresores deben ser monitorizados por un especialista. Antes de cualquier medicación, se debe realizar una evaluación completa de las interacciones medicamentosas.

Eficacia y evidencia clínica

Grandes ensayos clínicos muestran que la tasa de curación en pacientes sin cirrosis alcanza el 97%, y en aquellos con cirrosis supera el 90%. Los pacientes con genotipo 3 pueden requerir la adición de ribavirina para mejorar los resultados.

Estudios de seguimiento a 5 años indican que en coinfectados con el virus delta, el uso de combinaciones específicas mantiene un 85% de respuesta viral sostenida. La biopsia hepática revela que el 60% de los pacientes reduce su grado de fibrosis en un nivel tras el tratamiento.

Alternativas

En caso de intolerancia a los DAAs o fracaso terapéutico, se puede considerar regímenes antiguos como interferón + ribavirina, aunque con efectos secundarios severos y tasas de curación del 60-70%. En pacientes con genotipo 4, aún puede usarse interferón pegilado en condiciones específicas.

Medicamentos en desarrollo, como nuevos inhibidores de NS3/4A, están en fase de ensayos clínicos, pero actualmente los DAAs existentes siguen siendo la opción preferida.

 

Preguntas frecuentes

¿Qué precauciones especiales debo tener en cuenta en la alimentación o medicación durante el tratamiento de hepatitis C?

Se recomienda evitar el alcohol durante el tratamiento, ya que puede agravar el daño hepático. Si está tomando otros medicamentos o suplementos, informe a su médico con anticipación, ya que algunos componentes pueden afectar el metabolismo de los fármacos. Se sugiere una dieta alta en proteínas y baja en grasas, y mantener horarios regulares para aliviar posibles molestias gastrointestinales.

¿Qué efectos secundarios comunes pueden causar los antivirales de hepatitis C? ¿Cómo se pueden aliviar?

Los efectos secundarios frecuentes incluyen fatiga, dolor musculoesquelético y mareo, que suelen aparecer en las primeras semanas. Los síntomas leves pueden aliviarse con descanso adecuado y compresas calientes; en casos severos, el médico puede ajustar la dosis o prescribir medicamentos complementarios. Es fundamental informar cualquier cambio de síntomas al equipo médico.

¿Puedo realizar ejercicio intenso o trabajar largas horas durante el tratamiento?

Se recomienda evitar actividades que consuman mucha energía en las primeras semanas, ya que la fatiga puede aumentar los efectos secundarios. Se puede optar por ejercicios suaves como caminar, asegurando un descanso suficiente. Si el trabajo requiere esfuerzo físico, consulte con su médico para ajustar la intensidad y evitar sobrecargar el hígado.

¿Cuánto tiempo después de completar el tratamiento debo realizar un seguimiento?

Se deben realizar análisis de sangre a las 12 y 24 semanas tras finalizar para verificar si el virus ha sido completamente eliminado. Si la respuesta viral sostenida (SVR) se confirma, generalmente se considera curación; sin embargo, en casos de cirrosis avanzada, el médico puede recomendar controles cada 6 a 12 meses con pruebas de función hepática y ecografías.

¿Qué factores influyen en la tasa de curación de la hepatitis C?

El éxito del tratamiento depende del genotipo viral, la gravedad de la cirrosis y la edad del paciente. Los DAAs de nueva generación logran tasas de curación superiores al 95% en la mayoría de los genotipos, pero la presencia de cirrosis avanzada o la no adherencia completa al plan de medicación pueden reducir la eficacia. La monitorización regular es clave para asegurar el éxito del tratamiento.