El tratamiento de la infertilidad masculina se dirige principalmente a problemas de fertilidad causados por factores fisiológicos o patológicos, con el objetivo de mejorar indicadores clave como la cantidad, motilidad o morfología de los espermatozoides. Las opciones de tratamiento incluyen terapia farmacológica, reparación quirúrgica y técnicas de reproducción asistida, siendo aplicables en casos de desequilibrio hormonal, obstrucción de los conductos deferentes o problemas genéticos. Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el 40% de los casos de infertilidad están relacionados con factores masculinos, por lo que un tratamiento sistemático es crucial para aumentar las tasas de embarazo natural o mediante fertilización in vitro.
1. Terapia hormonal: mediante inyecciones o medicamentos orales que regulan las gonadotropinas (como hCG o hMG), estimulando la producción de esperma normal en los testículos. 2. Tratamiento antiestrogénico: uso de clomifeno o tamoxifeno para inhibir la acción supresora del estrógeno sobre la producción de esperma. 3. Reparación quirúrgica: incluyendo vasovasostomía o corrección de varicocele, abordando directamente problemas anatómicos. 4. Técnicas de reproducción asistida (TRA): como ICSI, que consiste en inyectar directamente un espermatozoide en el óvulo.
Aplicable a hombres con infertilidad primaria o secundaria, incluyendo:
Los medicamentos orales suelen administrarse en dosis diarias de 25-100 mg de clomifeno, durante 21 días consecutivos; la inyección de hCG se administra de forma periódica, ajustando la dosis según el peso corporal. La cirugía se realiza bajo anestesia general, con un período de recuperación de aproximadamente 2-4 semanas. Las técnicas de reproducción asistida deben coordinarse con el ciclo ovárico femenino y realizarse en centros especializados en medicina reproductiva.
1. La terapia farmacológica puede aumentar la concentración de esperma en un 30-50%. 2. La tasa de éxito en reparación quirúrgica de obstrucciones alcanza entre el 70-90%. 3. Las técnicas de ART permiten que pacientes con severa oligospermia o azoospermia puedan lograr embarazo con éxito. 4. La combinación de múltiples terapias puede incrementar la tasa global de fertilidad en un 20-40%.
La terapia hormonal puede causar aumento de pecho, edema o cambios de humor. Los riesgos quirúrgicos incluyen infecciones, mala cicatrización o recurrencia de obstrucción. Las técnicas de ART pueden aumentar el riesgo de embarazo múltiple o respuesta ovárica excesiva. Es fundamental monitorear de cerca cambios en el tamaño testicular y niveles hormonales, y detener inmediatamente la medicación en caso de reacciones alérgicas graves.
Las contraindicaciones incluyen:
La terapia hormonal puede antagonizar con medicamentos antiandrogénicos (como los utilizados en hiperplasia prostática). El uso de esteroides o medicamentos antidiabéticos puede reducir la eficacia del tratamiento. Es importante informar al médico sobre todos los medicamentos en uso, incluidos suplementos herbales, para evitar interferencias en el metabolismo de la producción de esperma.
Estudios clínicos muestran que la terapia hormonal puede elevar la concentración de esperma a más de 4 millones por ml, y la tasa de embarazo natural tras cirugía puede aumentar hasta entre el 35-50%. La tasa de éxito en ICSI varía entre el 30-60% dependiendo de la calidad espermática. Un informe de ESHRE en 2019 indica que un enfoque combinado puede triplicar o cuadruplicar la tasa global de fertilidad en comparación con un solo tratamiento.
En caso de que los tratamientos principales no sean adecuados, se pueden considerar:
¿Es necesario ajustar la dieta o los hábitos de ejercicio durante el tratamiento?
Sí, los médicos suelen recomendar aumentar la ingesta de alimentos antioxidantes, como arándanos, nueces y verduras de hoja oscura, para mejorar la calidad del esperma. El ejercicio aeróbico moderado puede mejorar la circulación sanguínea, pero se debe evitar el entrenamiento de alta intensidad, ya que el exceso de fatiga puede afectar la eficacia del tratamiento. También se recomienda evitar ambientes de alta temperatura (como baños calientes o estar sentado por largos periodos) y dejar de fumar y consumir alcohol para reducir daños al sistema reproductor.
¿Qué efectos secundarios pueden presentarse tras medicamentos o cirugía? ¿Cómo se pueden aliviar?
La terapia hormonal puede causar dolor en el pecho o edema, que generalmente se alivian ajustando la dosis o combinando con otros medicamentos. Después de cirugía, puede haber hinchazón o dolor leves, que se manejan con compresas frías y evitando esfuerzos físicos intensos. En caso de molestias severas, se debe acudir al médico para evaluación.
¿Es necesario evitar las relaciones sexuales o seguir alguna recomendación sobre la frecuencia?
Algunas terapias requieren planificar las relaciones sexuales en función del ciclo ovárico, y el médico recomendará la frecuencia adecuada (como en inseminación artificial). Si se realiza extracción de esperma quirúrgica, puede ser necesario suspender las relaciones durante 1-2 semanas para permitir la recuperación de los tejidos. Es importante seguir las indicaciones personalizadas del médico y no tomar decisiones por cuenta propia.
¿Cuánto dura aproximadamente todo el proceso de tratamiento? ¿Cómo se distribuyen las etapas?
El tiempo de tratamiento varía según el método, pudiendo tomar de 3 a 6 meses para evaluar la efectividad de medicamentos orales, y de 2 a 4 semanas para terapia hormonal. La recuperación postquirúrgica suele durar 2-4 semanas, tras lo cual se realiza seguimiento. En total, el proceso puede durar entre 3 y 12 meses, requiriendo análisis de sangre y semen periódicos para ajustar las etapas.
¿Qué diferencias hay en las tasas de éxito entre los diferentes métodos? ¿Cómo elegir el más adecuado?
La micro-TESE tiene una tasa de éxito del 60-80% en azoospermia obstructiva, mientras que la inducción farmacológica de esperma en casos de retroceso eyaculatorio tiene una eficacia del 50-70%. La elección debe basarse en la causa (como cantidad de esperma, estado de los conductos), edad y situación de la pareja. El médico analizará resultados de pruebas genéticas, vasografía y otros estudios para recomendar la mejor opción.