La terapia de linfedema es un conjunto de tratamientos diseñados para abordar la acumulación de líquido tisular causada por alteraciones en la circulación de la linfa. Su objetivo principal es mejorar la función del sistema linfático mediante terapia física, reducir la hinchazón de los extremidades y prevenir complicaciones como infecciones y fibrosis tisular. Esta terapia combina varias técnicas, incluyendo drenaje manual, vendajes de presión y autocuidado por parte del paciente, siendo adecuada para obstrucciones linfáticas crónicas provocadas por tratamientos oncológicos, anomalías congénitas o infecciones.
El núcleo de la terapia consiste en reconstruir la vía de circulación compensatoria de la linfa, mediante presión precisa que induce el flujo linfático hacia ganglios linfáticos funcionales. El proceso debe ser dirigido por un fisioterapeuta y adaptado a la constitución del paciente y la etapa de la enfermedad, enfatizando la importancia del seguimiento a largo plazo y la participación activa del paciente.
Los tratamientos principales incluyen la «terapia de presión compuesta» y el «drenaje linfático manual (DLM)». La primera utiliza prendas de compresión especiales o dispositivos de presión de aire, aplicando una gradiente de presión progresiva para facilitar el retorno linfático; la segunda, mediante técnicas suaves de masaje, estimula áreas específicas de la piel para inducir el movimiento de la linfa hacia redes linfáticas normales. Además, la incorporación de autocuidados como vendajes diarios y entrenamiento en ejercicios puede potenciar los resultados.
Sus mecanismos fisiológicos incluyen:
Se aplica principalmente a pacientes con linfedema primario o secundario, como:
Es adecuada para pacientes con pérdida parcial de función del sistema linfático, sin obstrucción completa. En casos avanzados con fibrosis severa, puede mejorar los síntomas, pero requiere evaluación quirúrgica. Está contraindicado en infecciones agudas o insuficiencia cardíaca congestiva.
El tratamiento estándar se divide en «fase de reducción» y «fase de mantenimiento». Inicialmente, se requiere de 1 a 2 horas diarias de drenaje manual y terapia con dispositivos de presión durante 2-3 semanas hasta que la hinchazón disminuya notablemente. La fase avanzada implica sesiones semanales de 1 a 2 veces y la transición al autocuidado diario por parte del paciente.
La presión de las prendas de compresión debe ajustarse según la circunferencia del miembro, generalmente entre 20-40 mmHg. El cuidado diario incluye auto-drenaje suave por la mañana antes de vestir la prenda, elevación del miembro y ejercicios moderados.
Los principales beneficios incluyen:
El seguimiento a largo plazo muestra que los pacientes que realizan autocuidado de forma regular tienen una tasa de recurrencia inferior al 30% en 5 años. Además, reduce la dependencia de corticosteroides o diuréticos, minimizando efectos secundarios asociados a medicamentos.
Los efectos adversos a corto plazo pueden incluir:
Las contraindicaciones incluyen:
El cuidado diario debe incluir:
Puede combinarse con cirugías como trasplantes linfáticos en un «tratamiento integral», pero se debe esperar al menos 6 semanas de recuperación postoperatoria. Cuando se usan antibióticos, se debe verificar que no afecten la sensibilidad cutánea. El uso de diuréticos debe ser cauteloso, ya que una diuresis excesiva puede disminuir el metabolismo tisular.
Al combinarse con radioterapia, se debe ajustar la presión en las prendas en las áreas irradiadas para evitar daño adicional. Durante quimioterapia, puede ser necesario suspender drenajes manuales por trombocitopenia, optando por cuidados de presión baja.
Estudios multicéntricos muestran que el 75% de los pacientes experimentan una reducción superior al 20% en la circunferencia en 8 semanas, retrasando la fibrosis. El seguimiento a largo plazo indica que los pacientes que realizan autocuidado regular tienen una tasa de necesidad de cirugía en 10 años inferior al 40%.
Las evaluaciones funcionales muestran mejoras del 60-80% en actividades diarias como levantar objetos pesados o ponerse zapatos, y un aumento promedio de 25 puntos en la escala de calidad de vida (LQOL). La imagenología revela evidencia histológica de la angiogénesis linfática compensatoria.
Las opciones quirúrgicas incluyen trasplantes linfáticos o bypass vasculares, pero tienen una tasa de complicaciones del 15-20% y costos elevados. En cuanto a medicamentos, actualmente no hay fármacos orales aprobados por la FDA, y solo se usan antibióticos preventivos. Las terapias experimentales como la estimulación eléctrica de baja frecuencia o la estimulación de señales biológicas muestran efectos complementarios en ensayos clínicos, pero no reemplazan los tratamientos estándar. Los pacientes deben ser evaluados por profesionales para elegir la mejor opción.
Se recomienda limpiar la piel previamente y evitar bebidas con cafeína o alcohol para reducir el riesgo de dilatación vascular. El día del tratamiento, usar ropa cómoda y comunicar al terapeuta si hay infecciones recientes o heridas en la piel para ajustar la técnica.
¿Cómo saber si la presión de las medias de compresión es adecuada?La presión debe ajustarse según el grado de hinchazón y la recomendación médica, generalmente entre 15-20 mmHg para principiantes. Si aparecen dedos morados, dolor o venas prominentes, se debe retirar y consultar al equipo médico para evitar daños en los tejidos.
¿Qué hacer si aparece enrojecimiento o picazón en la piel durante el tratamiento?Podría ser signo de infección o presión excesiva. Se recomienda suspender la auto-masaje y elevar el miembro afectado. Se puede aplicar una pomada antibiótica prescrita por el médico, pero no ajustar la compresión sin asesoramiento. Consultar al médico si los síntomas persisten.
¿Cuánto tiempo después de completar las seis semanas de tratamiento principal se debe hacer un seguimiento?Se recomienda visitar al médico cada 3 meses para evaluar el progreso mediante mediciones de circunferencia y dureza de la piel. Si la hinchazón empeora tras actividades diarias, acudir a consulta sin esperar la cita programada.
¿Cómo se debe cuidar durante viajes largos en avión en relación con la terapia de drenaje linfático?Usar medias de compresión médicas y realizar ejercicios de bombeo en los pies cada hora para evitar la compresión vascular en vuelos largos. Dentro del avión, se puede masajear suavemente los ganglios linfáticos con una pequeña botella de agua, evitando alcohol para prevenir deshidratación y aumento de la hinchazón.