La enfermedad de Lyme es una infección causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, transmitida por la picadura de garrapatas. Los síntomas varían según la etapa de la infección y las diferencias individuales. Los síntomas iniciales pueden confundirse con un resfriado común o una reacción alérgica, pero si no se tratan a tiempo, el patógeno puede invadir el sistema nervioso o las articulaciones, causando complicaciones a largo plazo. Conocer las características y el patrón de desarrollo de los síntomas ayuda a los pacientes a buscar atención temprana y prevenir el empeoramiento de la enfermedad.
La diversidad y el retraso en la aparición de los síntomas representan un desafío para el diagnóstico de la enfermedad de Lyme. Algunos pacientes solo presentan síntomas semanas o meses después de la picadura de garrapata, dificultando su detección temprana. Los síntomas clave incluyen erupción cutánea característica, fiebre, dolor muscular y hinchazón de las articulaciones, pero estos también pueden superponerse con otras enfermedades. Por ello, la combinación de antecedentes de exposición y características de los síntomas es fundamental para el diagnóstico.
En las primeras etapas de la infección por la enfermedad de Lyme, aproximadamente entre el 30% y el 90% de los pacientes desarrollan en un plazo de 3 a 30 días en el sitio de la picadura una «mácula eritematosa migratoria» (Erythema migrans). Esta erupción suele expandirse desde el punto de la picadura, formando un anillo rojo o una lesión en forma de objetivo, generalmente acompañada de picazón leve o sin ella. La erupción puede ser única o aparecer en varias partes del cuerpo.
Además de la erupción, los pacientes suelen presentar síntomas similares a la gripe, como fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolor muscular y fatiga. Estos síntomas pueden confundirse con un resfriado común, retrasando el diagnóstico. Algunos pacientes pueden experimentar linfadenopatía o enrojecimiento e hinchazón local en la piel, aunque estos signos suelen ser menos evidentes.
En la etapa intermedia de la infección, el patógeno puede diseminarse a las articulaciones, el sistema nervioso o múltiples órganos. Aproximadamente el 60% de los pacientes desarrollan eritema múltiple, que puede aparecer en áreas alejadas del sitio original de la picadura, como extremidades o el torso y abdomen. La artritis es un síntoma frecuente en la fase avanzada, caracterizada por hinchazón y dolor en grandes articulaciones (como rodillas y caderas), que puede ser recurrente y durar varias semanas o meses.
Aproximadamente entre el 10% y el 15% de los pacientes presentan síntomas de daño neurológico, incluyendo dolor de cabeza severo, rigidez en el cuello o signos de irritación meníngea. Algunos pueden experimentar visión borrosa, alteraciones auditivas o problemas de equilibrio, que pueden agravarse progresivamente y afectar las funciones diarias.
Si no se trata, la enfermedad de Lyme puede avanzar a una fase crónica o tardía, con síntomas que se vuelven duraderos y complejos. La artritis puede volverse crónica, causando hinchazón persistente y limitación en la movilidad articular. Los síntomas neurológicos pueden agravarse, resultando en dolor nervioso crónico, deterioro cognitivo o alteraciones del estado de ánimo.
Algunos pacientes pueden experimentar «deterioro cognitivo asociado a la enfermedad de Lyme», manifestándose en dificultades de concentración, pérdida de memoria o disminución del juicio. Estos síntomas pueden estar relacionados con inflamación cerebral o alteraciones metabólicas, confirmadas mediante estudios de imagen o análisis de sangre.
En casos raros, los síntomas cardíacos pueden agravarse repentinamente, provocando arritmias o bloqueo cardíaco, lo cual puede ser potencialmente mortal y requiere atención médica inmediata. La evolución de los síntomas en diferentes etapas refleja la dispersión del patógeno en el organismo, indicando que el tratamiento debe ajustarse según la etapa de la infección, modificando medicamentos y duración del tratamiento.
Se debe acudir al médico de inmediato si se presentan signos como: eritema migratorio en expansión en el sitio de la picadura, fiebre inexplicada acompañada de dolor en las articulaciones, o signos de alteración del sistema nervioso (como parálisis facial o entumecimiento de extremidades). Los pacientes expuestos a áreas con presencia de garrapatas, incluso con síntomas leves, deben informar al médico.
En pacientes con antecedentes epidemiológicos, si presentan fatiga persistente, calambres musculares o trastornos del sueño, se recomienda realizar análisis serológicos específicos. Grupos especiales como inmunodeprimidos o mujeres embarazadas, incluso con síntomas leves, deben buscar atención temprana para evitar que la infección se propague al feto o cause complicaciones graves.
El médico puede recomendar pruebas serológicas en dos etapas (como ELISA y Western blot) y combinar los antecedentes clínicos para el diagnóstico. La atención temprana puede prevenir que los síntomas progresen a una fase crónica, y la efectividad del tratamiento con antibióticos está directamente relacionada con el momento en que se busca atención.
Si no se trata con antibióticos a tiempo, la enfermedad de Lyme puede causar complicaciones crónicas, incluyendo artritis, daño neurológico (como pérdida de memoria o dolores de cabeza) y problemas cardíacos. El patógeno Borrelia burgdorferi puede seguir invadiendo tejidos, provocando reacciones inflamatorias recurrentes, por lo que el diagnóstico precoz es fundamental.
¿La erupción cutánea característica de la enfermedad de Lyme (erythema migrans) aparece en todos los pacientes? ¿Es posible infectarse sin presentar erupción?Alrededor del 70-80% de los pacientes desarrollan en las etapas iniciales la «erupción migratoria eritematosa», pero algunos casos presentan síntomas atípicos. Aunque no aparezca la erupción, si hubo contacto con garrapatas y se presentan fiebre, fatiga u otros síntomas similares a la gripe, se debe sospechar de la enfermedad de Lyme y realizar análisis de sangre para confirmarlo.
Después de actividades en áreas de riesgo, ¿cómo determinar si es necesario recibir tratamiento preventivo con antibióticos?Si la picadura de garrapata dura más de 24 horas o si en el sitio de la picadura aparece un eritema, el médico puede recomendar una dosis única de doxiciclina como tratamiento preventivo. Sin embargo, la decisión debe basarse en la evaluación del riesgo de infección, la edad del paciente y antecedentes de alergias, ya que no todos los casos requieren profilaxis, siendo necesaria la valoración médica especializada.
¿Qué precauciones deben tomar los pacientes en recuperación de la enfermedad de Lyme en su vida diaria?Durante la recuperación, se recomienda evitar el agotamiento excesivo, ya que el sistema inmunológico aún está en proceso de recuperación. Se aconseja usar ropa de manga larga, aplicar repelentes con DEET y revisar cuidadosamente la piel después de estar en áreas con garrapatas para prevenir nuevas picaduras. Si persisten síntomas neurológicos, puede ser necesario realizar terapia física o seguimiento con un neurólogo.
¿Por qué a veces la enfermedad de Lyme se confunde con fibromialgia o síndrome de fatiga crónica?Los síntomas inespecíficos de la enfermedad de Lyme (como fatiga prolongada y dolor muscular) son muy similares a los de la fibromialgia y otras condiciones, y la serología puede ser negativa en las primeras etapas, lo que lleva a diagnósticos erróneos. La clave está en una historia clínica detallada (como antecedentes de contacto con garrapatas) y en realizar pruebas serológicas en varias etapas para confirmar el diagnóstico.